Madrid está 1.200 km al oeste de Varsovia, pero comparte su hora. Y, espera, ¡está más al oeste que Londres! Algo falla, ¿no crees?
Cuando viajas, no solo descubres paisajes, culturas, monumentos y sabores nuevos, también te encuentras frente a un espejo que refleja lo que en tu día a día pasas por alto. En nuestro caso, viajar a otros países nos ha hecho darnos cuenta de algo que en España asumimos como normal: nuestros horarios son un caos. Incluso hay quien defiende este caos diciendo que «nos da más horas de luz», como si el horario de verano fuera el culpable y no una decisión que podemos cambiar.
En este artículo queremos compartir cómo los viajes nos han abierto los ojos a los problemas de los horarios en España, por qué afectan tanto a quienes vivimos aquí como a quienes nos visitan, y cómo un cambio hacia una hora más acorde con el sol podría transformar nuestra vida.
Lo que hemos descubierto viajando
Salir de España es como ajustar el reloj interno. Al visitar otros países europeos, especialmente aquellos en nuestra misma latitud, la diferencia de horarios se hace evidente. En Francia o Italia, la vida cotidiana sigue un ritmo distinto. Por ejemplo, en Italia, a las 12:30 ya estás sentado con un plato de pasta, mientras en España aún estamos pensando en el café de media mañana, y la cena rara vez se extiende más allá de las 20h por lo que las jornadas laborales tienden a concluir a horas mucho más razonables. Esto nos lleva a preguntarnos, ¿por qué en España seguimos funcionando con un horario tan peculiar?
Uno de los contrastes más evidentes ocurre cuando viajamos a Portugal. A pesar de estar justo al lado de España, su vida diaria está mejor alineada con el sol. La gente comienza a trabajar más temprano, come a mediodía y a las 18h muchas personas ya han terminado su jornada laboral. Esto permite disfrutar de la tarde sin que la cena se convierta en una actividad nocturna.
Una anécdota que siempre contamos ocurrió en Finlandia. El primer día que llegamos allí quisimos ir a cenar a las 19h y nos costó encontrar un restaurante en el que no nos dijeran que la cocina estaba cerrada. Eso nos hizo abrir los ojos y reflexionar sobre los horarios a los que estamos acostumbrados. En España, a esa hora ni hemos pensado en la cena. ¿Estamos al revés?»
Para los viajeros, esto significa que pueden visitar atracciones turísticas, disfrutar de la gastronomía local y regresar a su hotel a una hora razonable, sin necesidad de adaptarse a horarios inusuales. Estas experiencias nos han hecho preguntarnos: si países con culturas tan cercanas a la nuestra pueden tener horarios más racionales, ¿por qué en España seguimos desfasados?

Problemas de los Horarios en España
El desfase horario no solo afecta a los locales, sino también a los turistas que visitan el país. Estos son algunos de los principales inconvenientes. Para los turistas, adaptarse al horario español puede ser un reto. Los turistas alucinan con España: restaurantes cerrados a las 13h, cenas a las 22h… Una amiga inglesa nos dijo: ‘Pasé media mañana buscando una tienda abierta en Madrid, ¿dónde estáis?’ Aunque en zonas turísticas se adaptan, el desfase sigue siendo un rompecabezas.
Los turistas procedentes de otros países europeos a menudo sienten que el día en España está «desincronizado» con sus costumbres. Mientras en sus países de origen la jornada de turismo comienza temprano, en España muchos negocios abren tarde y cierran a mediodía, interrumpiendo el flujo de actividades. Además, la cena tardía hace que muchas personas terminen su día con menos energía, lo que reduce la cantidad de experiencias que pueden disfrutar.
Para los españoles, la jornada laboral se alarga artificialmente con largas pausas para el almuerzo y horarios de salida tardíos. Como resultado, el tiempo de descanso y vida personal se reduce, afectando la productividad y la calidad de vida. El horario partido, tan común en España, provoca que las jornadas laborales sean interminables… Esto dificulta la conciliación familiar y genera una fatiga acumulada que repercute en la salud.
Y hablando de salud, cenar a las 22h no solo nos roba sueño. Hay muchos estudios que dicen que aumenta el riesgo de obesidad y problemas cardíacos.
Seguimos con los problemas de salud
España duerme una hora menos que la media europea. Según estudios (como los de la Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios), los españoles dormimos de media unas 6 horas al día, frente a las 7 de países como Francia o Reino Unido, en parte por cenar tarde y trasnochar. Es un dato que pega fuerte y conecta con la salud.

Hábitos normalizados en España que deberíamos erradicar
Aquí te dejamos un listado de algunos de los hábitos que en España tenemos muy interiorizados pero que si lo piensas bien son absurdos y deberíamos eliminarlos o modificarlos. No te vamos a dar razones de por qué y te dejamos que reflexiones (seguro que algunos te costará saber por qué son hábitos dañinos por tenerlos tan normalizados.
- Cenar a las 22h (o más tarde). Porque no hay nada más saludable que irte a dormir con el tenedor en la mano.
- Empezar el Prime Time de la televisión a las 22:30h o 23h. Series que acaban de madrugada, para verlas zombi y odiar el despertador.
- Comer a las 14h o 15h. Hambre a las 12h pero no es hora de comer, ¡aguanta!.
- Jornadas laborales que terminan a las 19h-20h o más tarde. Llegar zombi a casa y fingir que tienes vida.
- Trabajos con jornada partida. Cierra a las 14h, siesta épica y reaparece a las 17h, ¡el mundo espera!
- Esperar al sol en invierno hasta las 8:30h. Despertar a oscuras: aquí mandan los vampiros.
- Salir de fiesta a la 1 de la madrugada. Porque las discotecas son para los vampiros de antes que se han despertado tarde.
- Desayunar tarde, ligero y con prisas, sin tiempo para empezar bien el día.
- Reuniones de trabajo a las 18h-19h. Porque todos sabemos que las ideas brillantes se nos ocurren cuando estamos cansados.
- Clases extraescolares o ir al gimnasio entre las 20h y las 22h. Los niños y los músculos no duermen.
Un dato demoledor
En la mayor parte de España en verano, la temperatura máxima es a las 17h, dejándonos tardes de horno hasta las 22h. En invierno, se pone a las 17:30h, pero seguimos trabajando hasta las 20h. Y ojo: el mediodía solar es a las 14h, no a las 12h, como si el sol se riera de nuestro reloj. ¿Lógico?

Ventajas de Alinearnos con la Hora Solar
En Portugal, a las 18h ya ves a la gente paseando relajada, algo que aquí parece un lujo. ¿Por qué no podemos imitar a nuestros vecinos? ¿Por qué no copiar lo que funciona? Cambiar a un horario más racional y alineado con la hora solar traería numerosos beneficios:
- Mejor calidad de vida: Jornadas laborales más eficientes y tiempo de ocio diurno real.
- Mayor competitividad: Un horario más sincronizado con el resto de Europa mejoraría la productividad y facilitaría la vida a empresas y trabajadores.
- Beneficios para el turismo: Facilitaría la experiencia de los visitantes, permitiendo que aprovechen mejor su estancia.
- Salud y descanso: Dormir a horas más lógicas mejoraría la salud física y mental de la población. (¡y dejaríamos de dormir una hora menos que el resto de Europa!).
Si España adoptara un horario más lógico, se podría mejorar la productividad sin necesidad de trabajar más horas. La eficiencia aumentaría, permitiendo que tanto trabajadores como empresarios optimicen su tiempo y disfruten de una mejor calidad de vida. Y tampoco hace falta cambiar nuestra cultura. Por ejemplo, no perderíamos las tapas ni la sobremesa, solo las haríamos con luz natural.
Además, para los turistas, un horario más coherente facilitaría la planificación de sus visitas. En lugar de encontrarse con horarios de comida y descanso fuera de lo común, podrían aprovechar mejor su estancia y sincronizarse con la cultura local sin esfuerzos innecesarios.
Cambiemos nuestras costumbres y horarios
España podría beneficiarse enormemente de un cambio de horario que nos acerque a nuestro huso natural. Viajando hemos visto que vivir con un horario más racional no solo es posible, sino que mejora la calidad de vida. Tal vez sea momento de replantearnos nuestra relación con el reloj y dar un paso hacia un futuro más equilibrado.
No se trata de cambiar nuestra identidad, sino de adaptarnos a una realidad que nos beneficiará a todos. Un horario alineado con el sol y con Europa permitiría que trabajemos mejor, vivamos mejor y sigamos disfrutando de nuestra cultura sin necesidad de sacrificar salud ni descanso.
Si Portugal e Italia, tan mediterráneos como nosotros, viven con el sol, ¿por qué nosotros seguimos en la luna?
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